.

domingo, 2 de octubre de 2022

2 de octubre de 1814: Batalla de Rancagua

Carga de O'Higgins en la Batalla de Rancagua, óleo de Pedro Subercaseaux, 1938.

El 2 de octubre de 1814, en Chile, finaliza la batalla de Rancagua y los españoles comienzan la reconquista de Chile.





En 1814 patriotas y españoles se disputaban en Chile el derecho a gobernar el país. Los ejércitos de ambos bandos se habían enfrentado muchas veces, pero nada había detenido el avance de las tropas realistas desde el sur. José Miguel Carrera estaba a cargo del gobierno del país, y Bernardo O’Higgins del ejército. Ambos se pusieron de acuerdo para detener al enemigo que avanzaba hacia la región del río Cachapoal: O’Higgins avanzaría con sus hombres hacia la plaza de Rancagua, para atrincherarse allí. Otra parte del ejército, quedaría estacionado a dos leguas del lugar, para reforzar la lucha si era necesario.
El 1 de octubre, Mariano Osorio, que había llegado desde Perú con el encargo de reconquistar la capitanía general de Chile, atacó a las fuerzas patriotas, desde los cuatro lados de acceso a la plaza. Tenía 5 mil hombres bien armados, contra 1.180 bajo el mando de O’Higgins. La lucha fue encarnizada, pero la superioridad numérica y la mejor estrategia de los españoles, decidió el final. Las tropas de caballería que deberían haber reforzado a los patriotas, no pudieron acercarse, ni menos cruzar el cerco instalado por los españoles.
Después de 33 horas de resistencia, O’Higgins decidió salir con sus tropas y atravesar, a sangre y fuego, la línea enemiga. Sólo un tercio de los soldados chilenos sobrevivieron. Por eso la historia conoce este episodio como el Desastre de Rancagua. Con él se puso fin al primer intento independentista de Chile, que se conoce como Patria Vieja; y se inició el periodo de Reconquista, por parte de los españoles. (F)




Batalla de Rancagua, óleo del pintor italiano Giulio Nanetti, 1820.


Bernardo O'Higgins vigila desde la torre de la Iglesia de la Merced, esperando inútilmente la ayuda de José Miguel Carrera. Óleo de Pedro Subercaseaux, 1920.


ZERREITUG Y EL DESAFÍO DE CONTAR HISTORIAS CON PEQUEÑAS FIGURAS DE MADERA

La especialidad del chileno Rodolfo Gutiérrez, alias Zerreitug (su apellido al revés) son los dioramas, pequeñas maquetas a escala que utiliza principalmente para representar hechos históricos o alguna escenas de la vida cotidiana de otra época. En su caso, los pequeños personajes que protagonizan cada diorama están hechos de madera. Y con un preciosismo y prolijidad que asombran. (F)


Diorama de una trinchera realista, realizada con elementos heterogéneos encontrados en las casas destruidas, para protegerse del fuego patriota.


O’Higgins en el centro de la plaza, en una actitud que debiera de incitar a luchar por la patria. Su rostro esta lleno de energía, y enarbola el sable invitando al combate. Es la imagen que todos esperaríamos del Padre de la Patria. Sin embargo, el artista ha ubicado a su alrededor cuatro personajes muy significativos: el supuesto patriota, que pese a estar empuñando un fusil, se pregunta: ¿Soy yo quién debo ir a luchar? , el cura, que mira con angustia al cielo, en la esperanza de que algún milagro los pueda salvar en esta ocasión y la mujer, que con firmeza de carácter, mira desconfiada al sacerdote, sabiendo que lo que les depare el destino dependerá sólo del coraje, la valentía y la suerte de todos los que luchan. La cuarta figura es la de un perro, siempre presente, en una actitud atenta, dispuesto a obedecer y seguir a su amo en cualquier aventura, sin importar el resultado de ella.




1 comentario:

  1. Mi piacciono queste storie del Sud America che in Europa non sono conosciute se non da storici. Grazie !

    ResponderEliminar