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miércoles, 13 de septiembre de 2023

La Danza del Tiempo (2) El arma de los demonios



¿Y si Cristóbal Colón nunca hubiera descubierto América sino que los indios hubieran descubierto Europa? Esa es la premisa de La danza del tiempo, la obra del artista ucraniano Igor Baranko (El emperador océano) que narra una historia fantástica y mágica de amor y pérdida entre diferentes tribus indias en la América pre-colonización.
Y todo con el peculiar e inconfundible estilo de Baranko.




Atención seguidores de Moebius, Bilal, Jodorowsky o incluso Manara, si les gustan las premisas sencillas bien desarrolladas, no pasen por alto "La Danza del Tiempo": Ya les comentamos en su momento que el primer tomo había sido una de las mejores lecturas del año y la continuación de la obra del ucraniano Igor Baranko no ha hecho más que refrendar las expectativas entonces generadas.
Hoy vamos a hablar un poco de lo que ocurre en el segundo tomo de la colección, que se titula "El Arma de los Demonios". El protagonista es un muchacho de una tribu nómada que al casarse con una princesa pawnee es recibido con frialdad por su nuevo entorno. Su suegro lo conmina a liderar y combatir en la invasión de los pueblos del norte, confabulados contra la cabeza del sureño imperio de Tenochtitlán (México). Sin embargo, su cuñado no está dispuesto a aceptar un rango militar similar a quien considera inferior. Cuando inevitablemente se enfrentan, en un duelo impresionantemente dibujado por Baranko, ambos acabarán prisioneros junto a un desconocido. Será este extraño quien desvele que persiste la amenaza de los rostros pálidos: ¿Qué salió mal en la danza del tiempo, que se suponía los mantendría para siempre alejados?

La Gran Fuerza guía a este hombre... los Cuatro Vientos lo arrastran...

Entre las excelentes ideas de su obra, Baranko nos presenta una mitología propia, revisión vívida y novedosa de pueblos ancestrales, una `Roma´ americana asediada por `bárbaros´ del mismo continente, un bibliófilo Robinson Crusoe del tiempo, una historia de amor maldita por el destino, vivencias oníricas cuyos impactos se sienten en el mundo real, luchas a las que el calificativo `épico´ no les viene grande, parajes naturales, vestuarios y ornamentos de subyugadora exuberancia y sobre todo... ¡el arma de los demonios!












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